Guerra de Occidente busca adueƱarse de Venezuela
La obsesión de Estados Unidos encabezada por su presidente Donald Trump por derrocar al Gobierno de la RepĆŗblica Bolivariana de Venezuela llega hasta lo inaudito y dĆas tras dĆas impone sanciones económicas y financieras a la par que presiona a varios de sus aliados para que sigan su mismo derrotero.
Una de las Ćŗltimas acciones tomadas por Washington fue vetar el financiamiento necesario de los bonos que Venezuela ha emitido y tiene que pagar y los bonos que iba a colocar en el mercado internacional.
Inmediatamente las llamadas agencias calificadoras de riesgo, Fitch y Standard & Poorās rebajaron la nota de deuda de Venezuela. La primera lo hizo de la categorĆa CC a C, casi la mĆ”s baja de esa escala, mientras que Standard & PoorĀ“s la llevó de CCC a CC. Ambas argumentaron que la decisión se debió al anuncio hecho por las autoridades bolivarianas el 3 de noviembre de realizar una renegociación de sus obligaciones de la deuda externa soberana.
Con el objetivo de infundir mÔs miedo a los inversionistas y acreedores, Fitch y Standard & Poor“s, añadieron que estimaban muy probable la suspensión de pagos por parte de Caracas.
En una intervención televisada el presidente NicolĆ”s Maduro aseguró que su Gobierno continuarĆa abonando los adeudos que tenĆa, como lo ha hecho en los Ćŗltimos cuatro aƱos en los que ha pagado 71 100 millones de dólares, pero que se hacĆa necesaria la reestructuración de la deuda por las nuevas medidas asfixiantes contra la economĆa de la nación suramericana decretadas por Donald Trump.
Las declaraciones realizadas por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, el pasado 25 de agosto son mĆ”s que elocuentes: āla acción impuesta contra Caracas esta dirigida a la prohibición de acceso de Venezuela a los mercados de deuda y equidad de Estados Unidos, no van a poder tomar ventajas del sistema financiero de Washington para destruir la economĆa venezolana. Estas medidas tambiĆ©n van a minar la capacidad de Maduro de pagar a los partidos y simpatizantes del Gobierno y va a aumentar la presión sobre Caracas para que abandone su desastroso caminoā.
El refinanciamiento de deudas es un proceso soberano aceptado por los principios de las Naciones Unidas en el cual el paĆs no descarta ni abandona sus compromisos internacionales pero sĆ exige como pagador confiable que se realicen los tĆ©rminos de desembolso en mayores condiciones para esa nación y para los acreedores.
Estados Unidos trata de que esta acción bolivariana no pueda realizarse y a la par se apoya en las calificadoras de riesgo, en su juego polĆtico contra ese paĆs, las cuales hacen mĆ”s caro el crĆ©dito y la reestructuración o refinanciamiento de la deuda.
Estas calificadoras han puesto a la República Bolivariana en mucho mÔs peligro de impagos que Colombia, una nación en conflicto, a Argentina que acordó una deuda por 100 años, o a Ucrania y Grecia, envueltas hace años en profundas crisis.
Las evaluaciones establecidas por esos centros, basĆ”ndose en la hipotĆ©tica āfortaleza o debilidadā de las economĆas de los paĆses, pueden ser desde Triple AAA, pasando por los distintos niveles A, de B, hasta una sola C. A los que, por ejemplo, les otorguen categorĆas de CCC, CC o C, les serĆ” difĆcil recibir emprĆ©stitos o que alguna entidad compre sus deudas.
Las transnacionales financieras y otras importantes instituciones se guĆan por los informes y proyecciones de esas tres instituciones, Standard & PoorĀ“s (S&P), MoodyĀ“s y Fitch (conocidas tambiĆ©n como la āsantĆsima trinidadā) cuando van a realizar una inversión en el sector privado o en una nación.
Como consecuencia si esas agencias calificadoras rebajan la nota de alguna compaƱĆa o paĆs el capital no fluye hacia ese lugar y si lo hace deberĆ” pagar mĆ”s intereses a los que osen poner dinero en sus bonos con el consecuente aumento de sus deudas.
Pero hay mucho mĆ”s en esta violenta guerra económica contra Caracas. El 1 % de las familias mĆ”s ricas del planeta (Goldman Sachs, Rockefeller, Rochschild, Wilbur, Wallemberg, Moses, son a su vez las dueƱas de las tres grandes rectoras de riesgos citadas y controlan entre sus haberes a las ocho compaƱĆas financieras de Estados Unidos: Citigroup, JP Morgan Chase, Bank of America, The Bank of New York Mellon, Goldman Sachs Group, Morgan Stanley, State Street Corporation y Wells Fargo & Company.
Estas tienen la potestad de poner y quitar a los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), del Banco Mundial y del Banco Central Europeo. Esas mismas familias, bancos e instituciones financieras, son propietarias de las principales petroleras del orbe, como Chevron, Conoco Philips, Exxon Movil, Total, BP, y de los mayores medios de comunicación, compaƱĆas farmacĆ©uticas, de alimentos y la industria de armas.
Es decir, cualquier gobierno que no obedezca sus intereses y no responda a sus polĆticas financieras y económicas deberĆ” sufrir los embates de esos poderosos.
Ejemplos del bloqueo contra la República Bolivariana, se aprecian de innumerables formas: Euroclear, una empresa operadora de bancos con sede en Bruselas y creada por JP Morgan, tiene retenido mÔs de 2 200 millones de dólares en papeles para la compra de alimentos y medicinas para el pueblo venezolano; la empresa colombiana BSN Medical, propiedad de la familia Wallenberg prohibió, por orden del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, la venta de medicinas a Caracas para tratar la malaria y el paludismo.
En conclusión es una guerra económica y financiera en todos los frentes con el objetivo final de derrocar al Gobierno y adueñarse de sus enormes reservas de petróleo, las mayores del mundo.
(*) Periodista, escritor e investigador cubano, especialista en polĆtica internacional.