Cuba: Epicentro de independencia, integración y desarrollo humano
Por Alex Anfruns.
La Revolución Cubana ha dado un extraordinario impulso al deseo de integración de Latinoamérica y el Caribe expresado a lo largo de su historia, desde la irrupción de las independencias hasta el mÔs remoto recuerdo del Abya Yala.
La evidencia de ese destino comĆŗn consistĆa en la Ćntima convicción de que tantos sacrificios pasados y presentes no podĆan haberse realizado en vano. Las luchas conjuntas por la independencia, la integración latinoamericana y el horizonte del desarrollo humano como alternativa al sistema capitalista ofrecen mĆŗltiples enseƱanzas y una lección impostergable a los pueblos del mundo.
Tras la independencia de Cuba en 1898, Estados Unidos mantuvo un protectorado sobre la Isla. La condición para la retirada de sus tropas de ocupación en 1902 fue la firma dos aƱos mĆ”s tarde de la Enmienda Platt, que era un apĆ©ndice de la Constitución de Cuba, por la que se le otorgaba un āderecho de intervención a USA cuando lo estimara conveniente para restablecer la paz pĆŗblica y orden constitucionalā.El objetivo principal de EE. UU. estaba reflejado en el artĆculo VII de la enmienda:Ā Que para poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, asĆ como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderĆ” o arrendarĆ” a los Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrĆ”n con el Presidente de los Estados Unidos.Ā
A cambio de su retirada en diciembre de 1903, EE. UU. ocupó la base naval de GuantĆ”namo. A pesar de que en 1933 se abolió la Enmienda Platt como consecuencia del paso de la doctrina del āBig stickā a la del āBuen vecindajeā de Franklyn Delano Roosevelt, EE. UU. nunca renunció a la ocupación de la base militar de GuantĆ”namo, un acto completamente ilegal segĆŗn el derecho internacional.
El papel de Estados Unidos tambiĆ©n fue decisivo en la separación de Colombia y el departamento de PanamĆ” el 3 de noviembre de 1903 que se inscribe, segĆŗn el historiador argentino Horacio Alberto López, en una ādinĆ”mica de autonomización del capital comercialā. ApoyĆ”ndose en la propuesta del capitĆ”n de la marina estadounidense Alfred Thayer Mahan, EE. UU. contemplaba la secesión de PanamĆ” con el objetivo de controlar el comercio marĆtimo a travĆ©s de la creación de un canal transatlĆ”ntico. En 1846 el gobierno colombiano firmó con ese paĆs el Tratado Mallarino-Bidlack, por el cual Colombia debĆa asegurar el libre trĆ”nsito en aquella región, donde EE. UU. proyectaba crear un canal interoceĆ”nico. El historiador colombiano RenĆ”n Vega Cantor recuerda que anteriormente a la creación de PanamĆ” en 1903 ya se habĆan dado 14 agresiones contra el territorio del estado de PanamĆ” perteneciente a Colombia, invasiones que se apoyaban en las bases jurĆdicas del tratado firmado en 1846. En 1856, una ocupación del PanamĆ” colombiano por EE. UU. habĆa dejado un saldo de 15 muertos en las filas estadounidenses a raĆz de un incidente. En 1850 EE. UU. firmó un tratado similar con Inglaterra, que desde 1661 habĆa establecido un protectorado en la región costera de Mosquitia, aliĆ”ndose a los indios mosquitios contra los espaƱoles. El acuerdo entre ambas potencias contemplaba que se repartieran el control de la costa y el trĆ”nsito del futuro canal. Sin embargo, en 1860 Nicaragua firmó un pacto con Inglaterra por el cual esta Ćŗltima renunciaba formalmente al protectorado. En su lugar fue creado el Reino de Mosquitia, con una constitución basada en las leyes inglesas. En 1904, Mosquitia fue finalmente incorporada a Nicaragua.
El 6 de diciembre de 1904, durante el Congreso de EE. UU., el presidente Theodor Roosevelt proclamó la doctrina del āBig stickā, tambiĆ©n conocida como āCorolario Rooseveltā. Esta polĆtica exterior se reflejó en el perĆodo comprendido entre 1898 y 1934, cuando para proteger sus intereses comerciales Estados Unidos ocupó varios paĆses latinoamericanos, en lo que serĆa conocido como las Guerras Bananeras.Ā William Howard Taft, quien habĆa sido designado Secretario de Guerra en la administración del gobierno de Roosevelt, no dudó en recurrir a la fuerza en varios paĆses. Significativamente, fue Taft quien recibió el encargo de supervisar la construcción del canal de PanamĆ”, cuya inauguración tuvo lugar finalmente en 1914. Cabe recordar que el proyecto inicial de construcción del Canal de PanamĆ” habĆa sido otorgado por Colombia a Francia mediante la firma del convenio Salgar-Wyse. Las obras, dirigidas por Fernando Lesseps, el ingeniero responsable del Canal de Suez en Egipto, comenzaron en 1878 y duraron diez aƱos hasta que se abandonaron en 1888. El abandono del proyecto por parte de los franceses hizo que Estados Unidos retomara la idea del Canal y encargara un estudio del Congreso de EE. UU. a la Comisión Walker.
Finalmente se eligió a Nicaragua y fue firmado un tratado de construcción. Pero este paĆs se opuso a la concesión de una ruta prevista por EE. UU., y consideraba la posibilidad de otorgĆ”rsela a Alemania. Como represalia, en agosto de 1912 EE. UU. envió a Nicaragua sus tropas, que solo se marcharĆan tras 21 aƱos de ocupación, convirtiendo ese paĆs en un protectorado. La invasión respondĆa al objetivo de evitar que otro paĆs construyera un canal en la zona. En 1916, el gobierno de Adolfo DĆaz, reciĆ©n reelegido con el beneplĆ”cito de los marines estadounidenses, firmó con EE. UU. el Tratado Bryan-Chamorro, por el cual ese paĆs obtenĆa la concesión para el canal y una base naval.
Tanto la ocupación militar de la zona del Canal de PanamĆ” āque se prolongarĆa hasta el 31 de diciembre de 1999ā como la de la base naval de GuantĆ”namo (que aĆŗn sigue vigente y cuyo cierre fue una de las promesas del presidente Obama) constituyen dos ejemplos de cómo EE. UU. implementó el mĆ”ximo control en las zonas consideradas estratĆ©gicas para sus intereses económicos.
DĆ©cadas mĆ”s tarde el Frente Sandinista de Liberación Nacional, rindiendo homenaje a todos los nicaragüenses caĆdos bajo la dictadura somocista, seguirĆa los pasos hermanos de la lucha armada en Cuba para devolverles a los niƱos el futuro con la capacidad de soƱar que se les habĆa negado tanto. TambiĆ©n les darĆa a los torturadores el aleccionador castigo de que sus propios hijos pudieran acceder a la educación gracias a sus antiguas vĆctimas, como lo expresarĆa el comandante TomĆ”s Borge. Entre otros, el escritor Julio CortĆ”zar entendió que aquel acontecimiento de transformación polĆtica y social tambiĆ©n le devolvĆa el lugar que le corresponde a la creación artĆstica y la cultura, ya que hasta aquel entonces los poetas nicaragüenses tuvieron que caer a temprana edad bajo las balas.
Porque el desarrollo humano integral le daba una estocada a la alienación de los pueblos, fueron muchos quienes actuaron decididamente en la solidaridad internacional con la Revolución cubana y luego la sandinista. La cruzada por la alfabetización del pueblo nicaragüense emularĆa asĆ la heroica campaƱa alfabetizadora de los maestros voluntarios cubanos, cuya gesta fue elevada al rango de mĆ”ximo honor por el Comandante Fidel Castro. Era un ejĆ©rcito haciendo avanzar las maƱanas de esperanzas y haciendo retroceder los ayeres de abusos y vejaciones, cuyas solas armas eran el lĆ”piz y el cuaderno. Una hazaƱa que el pueblo cubano desarrollarĆa no solo en el Ć”mbito de la enseƱanza en su propio paĆs, sino tambiĆ©n en el de la salud con sus miles de brigadas mĆ©dicas en el plano internacional, cuya mĆ”s reciente acción durante la pandemia le ha valido la consideración de una candidatura al Premio Nobel de la Paz.
El repaso de los profundos aconteceres históricos en la región son la demostración misma de por quĆ© existe tal ensaƱamiento internacional contra la realidad cubana, la venezolana y la nicaragüense, cuyos gobiernos se enfrentan hoy al reto de sobrevivir sometidos a un arsenal de mal llamadas āsancionesā y a medidas de bloqueo por parte de una coalición internacional de autĆ©nticos piratas disfrazados de demócratas. Pero reunidos en el ALBA-TCP, los pueblos de Nuestra AmĆ©rica han emprendido una marcha irreversible por la independencia y la dignidad.
Tomado de La Jiribilla/ Foto de portada: MINREX.