Cuba: Adys Cupull y Froilán González escriben «Angola para no olvidar»
Libán González Cupull tiene su propia historia. Ser el hijo de los afamados investigadores cubanos Froilán González y Adys Cupull no le impidió de joven convertirse en uno de los Héroes de la batalla de Cuito Cuanavale, uno de los pasajes más grandioso de la guerra por la Liberación de la República Popular de Angola, y que definió el destino de Namibia, Sudáfrica y puso fin al Apartheid.
Fue este santiaguero el motivo de inspiración para que sus padres comenzaran a materializar otro proyecto, escribir un nuevo libro el cual tiene como nombre Angola para no olvidar.
Mientras Adys Cupull narraba entusiasmada el argumento de su nueva obra, esta periodista sintió el interés de compartir con quienes lean esta entrevista, la manera tan sencilla y familiar en que la pareja de escritores es capaz de unir al amor de padres, la consagración a su labor. Es como si el deseo de hacer más cada día siempre estuviese presente en quienes no se detienen, a pesar de la prolija obra que ilumina sus carreras.
Pero, ¿cómo surgió la idea de hacer el libro Angola para no olvidar… Fue la primera interrogante a Adys luego de conocer detalles de su contenido.
Adys: Bueno esta idea surgió de una manera muy original. Fue en una conversación en la mesa del comedor de la casa, Estaba toda la familia reunida celebrando el cumpleaños de Liban, quien es precisamente Héroe de Cuito Cuanavale.
Nuestro hijo Libán González Cupull 30 años después de aquel combate, hacia publica su historia en este reducido grupo. Allí estaban sus hijos y unos amigos escuchando aquellas anécdotas y haciendo preguntas que el padre respondía como si los hechos fueran recientes.
Liban hablaba de aquella lucha heroica, de la epopeya que Fidel denominó como el otro Girón donde participaron combatientes cubanos, angolanos y sudafricanos, para propinarle una aplastante derrota a las Fuerzas Armadas de la Sudáfrica del Apartheid.
Cada palabra tenía tal efecto, que nuestros invitados de ese día y los niños comenzaron a interesarse por un tema poco común en una sobremesa narrado por uno de los héroes anónimos. Y ellos también comenzaron a interrogar a quien estuvo en la batalla que dio la liberación a Angola. Los presentes nos asombramos de tantas anécdotas.
Mientras escuchaba a Liban, pensaba en la posibilidad de escribir sobre Angola, teniendo como referencia estas memorias tan desgarradoras y humanas, y que a la vez, forman parte de nuestra identidad. Sentimos el interés de unir a nuestra obra este tema llegado de África que como dicen algunos estudiosos, sus pueblos son planetarios porque están en todas las partes del mundo.
Durante ese diálogo Liban dijo qué le inspiró ir a Angola. Pero cuando comenzamos a investigar en la propia familia 2 de sus tíos también habían participado en la guerra por la liberación de ese país, René Cupull, mi hermano y Roberto González, el hermano de Froilán quien además, estuvo en Etiopia. La familia estaba unida a África era una tradición, una herencia. Por ese motivo en el libro también están los tíos y algo muy especial, el sentido sencillo y humano de las cartas que Liban nos enviaba desde Angola.
También en el libro está Froilán quien en aquella etapa tan convulsa lleva el Diario del Che en Bolivia a Luanda. Aquí hay una parte muy emotiva porque de una forma muy extraordinaria logran encontrarse padre e hijo. Y aunque Liban tuvo la posibilidad de quedarse fuera de la zona de combate, él prefirió regresar al lado de sus compañeros, lo que ratificó sus principios y su valentía.
Mi hijo tiene una vivencia tan hermosa que al principio le sugerí escribir este libro y ante la demora, ya lo hacemos Froilán y yo en una edición especial dedicada a los jóvenes de Cuba, de Angola y de África. A partir de aquella conversación comprendimos que no debíamos perder más tiempo, era momento ya de escribir esa historia poco conocida.
Es necesario que las nuevas generaciones de estos dos países y del mundo conozcan por qué nuestro ejército prestó esa solidaridad tan grande. Nuestro internacionalismo es un deber porque como dice Fidel, ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad.
Esta es una parte de la historia que nuestra juventud debe saber, y queremos transmitirla de forma amena, que le incentive consultar la bibliografía, que se interese por la obra de Fernando Ortiz, que lean El cimarrón de Miguel Barnet y Sab de Gertrudis Gómez Avellaneda que trata sobre la esclavitud. En cada uno de esos libros se expone la presencia de África en nuestro país. Ello explica la presencia de los cubanos en Angola.Angola para no olvidar es una forma de tener presente a los más de 2 mil cubanos caídos en combate en ese país. La sangre cubana está en tierras africanas.
P: Por qué el título Angola para no olvidar para su nuevo el libro
Adys: Es que el imperialismo quisiera que se olvidara la participación de Cuba en esa epopeya africana a la cual fue convocada por el presidente angolano Agustino Neto para lograr la independencia y vencieron.
Había pasado ya 30 años de la victoria de Cuito Cuanavale y en realidad había olvidado la participación de mi hijo en ese combate en la República Popular de Angola. Pero a decir verdad ese fue un tiempo de mucho sufrimiento y a la vez de sentir orgullo de mi hijo que es uno de los Héroes de Cuito Cuanavale.
Ese día de cumpleaños fue un momento muy lindo, alrededor de la mesa del comedor estaba toda la familia nuestros tres hijos con nuestros nietos que a veces es difícil reunir. Allí estábamos todos y ante las preguntas Liban comenzó a contar sobre su participación en esa epopeya.
Cuando Liban relata sus vivencias, los otros dos hermanos Yurco y Chairo comenzaron a decir por qué ellos, quienes también se alistaron para ir a Angola, no pudieron hacer el viaje. Al escucharlos valoré la grandeza de mis propios hijos y pensé que este era el momento para recuperar el tiempo perdido. Me di cuenta que Angola no se puede olvidar y me puse a estudiar la historia de ese país lo que hizo Agustino Neto, los discursos de Fidel y de Raúl, y reflexioné sobre un Angola para no olvidar, y fue así como surgió el título del libro.
Son 30 años de Cuito donde estuvo mi hijo, pero 45 de la Operación Carlota y hay que decir y repetir lo de la Operación Carlota. Los niños y las nuevas generaciones deben saberlo.
P: Entonces Adys Angola para no olvidar también le hizo desempolvar toda aquella comunicación con su hijo de hace más de 30 años.
Adys: Así fue y Froilán contento dijo: tengo una esposa que cuida las cartas empolvadas, mojadas, con tierra y polvo pero están ahí para ser publicadas. Ya están en digital. Es uno de los capítulos.
En las cartas hay mucha sensibilidad y está la emotividad del soldado. En esos escritos van quedando el testimonio real de lo que él consideraba malo en aquel tiempo que estaba tan joven, era casi un adolescente. También expresa lo que consideraba bueno, cuando estaba triste. Las cartas son el reflejo de la formación que se le dio en Cuba y la mantuvo durante la misión.
Allí donde estaba fue profesor, elaboró juguetes para los niños africanos que entregaron cuando fueron a un Quimbo. En una de sus cartas habló de una niña que enfermó de la poliomielitis y se encontraba en silla de rueda. En su escrito se siente su tristeza sobre una enfermedad que él nunca vio en Cuba. Todas esas emociones él las traslada en las cartas. Es un libro que les gustará A los niños cubanos y a los angolanos
P: Y las perspectivas de su publicación.
Adys: Creo que a Cuba le va a interesar que hay órganos como que pueden publicarlos porque están en el perfil de ellos. Hay un editor no cubano que quiere publicar esas memorias sobre Angola, pero queremos que sea primero en nuestro país.
Tomado de Radio Mambí/ Foto de portada: Archivo Granma.